La Casa Fortín
Fue construida por Daniel Fortín padre, probablemente en la segunda
mitad del siglo XIX, se encuentra ubicada en la antigua Calle del Comercio o
Calle Fortín que forma parte del casco viejo de Yuscarán dentro de la zona
declarada Monumento Nacional conforme al acuerdo No. 156 de marzo de 1979 por
la Junta Militar de Gobierno, a través de la Secretaria de Estado en el
Despacho de Cultura y Turismo.
La arquitectura de la residencia está
influenciada por el estilo español, con balcones de media puerta. La casa está
formada por dos plantas en forma de “U” y un patio interior; la primera planta
era utilizada como almacén y oficina dotada de tres habitaciones, además
existe un zaguán que da acceso a la parte interior, donde se localiza un pozo
artesano, los jardines y la caballeriza. Hacia la derecha de esta primera
planta se encuentra localizado un cuarto que era utilizado como bodega y se
llega a el por medio de gradas, quedando en un nivel intermedio entre el
primero y segundo piso. En la parte superior está el área que otrora fuera
destinada para dormitorios y la sala principal. El cuarto localizado al lado
izquierdo y que tiene una estrella de caoba en el cielo raso era la sala, la
que estaba decorada con un gusto exquisito y en la cual había un piano de cola
que había sido propiedad d Concepción (Concha) Fortín, la hija de Don Daniel
Fortín y su esposa Mariana Ordoñez. Algunas secciones de la casa estaban
alfombradas. Las paredes interiores de la sala y dormitorios estaban tapizadas,
mientras que las paredes exteriores estaban decoradas con siete pinturas
murales realizadas por un pintor foráneo y solo en una de ellas aparece la firma
“J. A. González”, al parecer autor de las obras en su totalidad. La cocina se
encuentra también en la planta alta y muy bien dotada de todos los utensilios
para el uso doméstico, además hay fogón grande con chimenea y horno
incluido.
Como se dijera antes, la casa estaba dotada de un pozo artesano para
abastecer de agua a la familia, el sistema de aguas negras también fue
instalado y el sistema de iluminación era por medio de grandes lámparas de
cristal compuestas de 48 velas de sebo, a su vez dotadas de unos bloqueadores
para evitar que las corrientes de aire apagaran las velas. Las recepciones que
daban las principales familias de Yuscarán eran parecidas a las que se daban en
los salas consistoriales de la nobleza de España o Francia, la música era de piano,
violín y flauta interpretados por músicos locales. Solamente tenían acceso a
estas reuniones las personas prominentes de determinado status social, las
principales familias de El Paraíso.
De la otrora riqueza del mineral de Yuscarán sólo quedan una serie de
leyendas, especialmente tejidas alrededor de las principales familias. Se dice
que en las casas grandes existen botijas y que aparecen fantasmas. En otra
oportunidad escribiré sobre Yuscarán y la minería del periodo colonial.
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